CARTAGENA: ENTRE LA MAGIA Y LA REALIDAD

Nuestro Corralito de Piedra, Cartagena de Indias, es una bella ciudad amurallada que todos quieren visitar en vacaciones. Esa que con agradables brisas y encanto costeño permite disfrutar de sus playas tibias y la alegría del pueblo cartagenero.

Cartagena destaca por su magia costeña, que se realza por la arquitectura colonial del centro histórico y su crecimiento económico hacia la zona norte, donde los más prósperos construyen un nuevo paraíso y hacen olvidar la parte llena de inseguridad, peligros viales, desorden y falta de autoridad.

Al igual que muchas urbes del mundo, Cartagena está inmersa en contrastes que dejan perplejo a cualquiera. En la zona conocida como La Boquilla se derrochan el lujo y la exclusividad al lado de poblaciones abandonadas y humildes, que además tienen problemas sociales profundos y una cultura “tropical” en la que los pobladores se conforman con trago y pick up, viviendo el día a día.

Una de las zonas más complejas por su situación geográfica, social y económica es Henequén. Este barrio, nacido de la oportunidad de muchos recicladores que vieron cómo su zona de trabajo fue clausurada porque no había dónde más poner basuras provenientes de toda Cartagena, se caracteriza por ese entorno de relleno sanitario mezclado con casas improvisadas que se perpetúan con el pasar de los días.

Henequén es una zona relativamente nueva, no conocida incluso por muchos cartageneros. Impresiona el hecho de que este sitio ha sido olvidado por el gobierno local, que prefiere “arreglar” vías que no requerían dicha intervención de manera urgente, en lugar de generar espacios de esparcimiento y pedagogía en localidades con un riesgo social que lleva al microtráfico, vandalismo, robo y extorsión, entre otros.

Quien ha pisado Henequén entiende un poco la compleja situación de los habitantes, principalmente jóvenes, de zonas como esta, puesto que no encuentran alternativas de progreso, solo olvido, escasez, incertidumbre, hambre y exposición a basuras, las cuales poco a poco los envenenan, pero son su única fuente de ingresos.

Es indispensable que, como pueblo unido, busquemos garantizar que el crecimiento de Cartagena se refleje no solo en ciertos sectores exclusivos y tradicionales, sino también en poblaciones vulnerables y necesitadas. El avance de una sociedad se refleja en la calidad de vida traducida en seguridad, recreación, mejoras en la infraestructura general y la optimización de prestación de servicios.

El gobierno que tome las riendas de Cartagena debe priorizar su orden y seguridad, pero esto no será posible si no se desarrollan estrategias de intervención a zonas como Henequén. Pensemos en los niños que día a día luchan con un entorno riesgoso para su salud, integridad, cultura y paz mental.

En definitiva, Cartagena de Indias continúa sobresaliendo como destino que cautiva la mente y el corazón, un lugar donde la magia y la realidad se entrelazan de manera única. En cada rincón, la naturaleza vibrante de esta cultura y la calidez de su gente se entrelazan con los desafíos urbanos y sociales contemporáneos. Sus calles susurran historias de tiempos pasados, en contraste con las zonas rezagadas que gritan para ser visibles e incluidas en la magia de la fantástica ciudad, pues Cartagena no es solo una postal de la época dorada, sino un lienzo en constante cambio donde el pasado y el futuro se encuentran. Por lo tanto, la magia y la realidad son aspectos inseparables de una ciudad que continúa escribiendo su historia con cada amanecer y atardecer.

* Ph. D. en toxicología ambiental.

2023-09-18T04:59:32Z dg43tfdfdgfd