MASCOTAS: UN NICHO DE ALTO VUELO

Hace unos pocos años, la aviación privada era realmente prohibitiva para las inmensas masas de la población, dado los elevados precios de sus servicios, solo disponibles para un puñado de ricos o muy famosos, con pródigas cuentas en las entidades bancarias. Aunque en los últimos tiempos este medio de transporte mantiene cierto tufillo elitista, se ha vuelto más accesible, gracias al aumento del poder adquisitivo de la población, la presencia de viajeros bastante particulares, y la creciente irrupción de los jets privados –actualmente operan más de 25 mil aviones de lujo-, que disponen de una amplia cartera de opciones como alternativa de negocios.

Uno de las actividades comerciales en auge es el floreciente mercado de productos y servicios para mascotas, industria multimillonaria, cuyas perspectivas de crecimiento atraen la mirada de las empresas de aviación, varias de las cuales sobrevuelan este atractivo nicho. La proyección mundial en materia de transacciones relacionadas con el cuidado y el bienestar de los animales domésticos sobrepasa los US$20,02 mil millones al año, cifra con tendencia al alza, alimentada con el aumento de la demanda y de las inversiones y por el ingreso de nuevos jugadores con novedosas propuestas.

Las turbaciones de la pandemia dispararon la compra de mascotas, consideradas en buena parte del planeta como miembros de familia y, como tales, destinatarias de los ingresos del hogar. Se estima que a nivel global existen 475 millones de perros y 380 millones de gatos, y de acuerdo con un informe elaborado por la consultora de datos y análisis, GFK, el 56 % de la población tiene al menos una mascota en casa.

Los animales domésticos han venido ganando espacio en el segmento de la aviación comercial, como resultado de una tendencia previa a la pandemia, pero, en cierta forma, impulsada por los cambios que la crisis sanitaria provocó en el estilo de vida de los humanos. Perros y gatos iniciaron sus viajes por avión, trasladados en las bodegas de carga, entre guacales, como equipaje facturado, y, luego, fueron admitidos en las cabinas, a los pies de sus dueños, validando un gradual proceso de humanización, como portadores de derechos legales, que les otorga protagonismo en la sociedad de consumo.

Estas conquistas, sin embargo, siguen siendo restringidas en algunos países, como Estados Unidos, donde últimamente se han puesto en vigencia normativas que comprometen a ciertas compañías, como Delta Air o American y United Airlines, a prohibir el ingreso a bordo de animales domésticos, incluso si son considerados de apoyo emocional. Una decisión que, sumada a cambiantes políticas de otras empresas, le permite a la aviación privada dar el salto a este lucrativo mercado, en busca de obtener tajadas de participación.

Si bien es cierto que en 2009 surgió Pet Airways, una aerolínea estadounidense, la primera pensada en priorizar mascotas, solo en los años recientes diversos operadores de alquiler privado pusieron la mira en la importancia del negocio, dedicado a convertirlas en pasajeros socialmente relevantes. La competencia ha estimulado el desarrollo de esta modalidad de transporte, en medio de una dinámica cambiante, dirigida a brindar calidad y exquisitez en los servicios, en los que prima la comodidad y el confort. Por ejemplo, KM Jets, una aerolínea del Reino Unido, hoy arropada por el éxito económico, les otorga a las mascotas un estatus de estrellas, permitiéndoles viajar en asientos de cuero, con golosinas, juguetes y muchas consideraciones.

Para el próximo mes se anuncia la presencia de Bark Air, compañía estadounidense que se propone revolucionar el mundo de los viajes en este segmento. La firma, una productora de muñecos, en asocio con un servicio de alquiler de aviones, promete ofrecerles a las mascotas una experiencia incomparable. Recibirán un trato de figura VIP, semejante al estatus de sus propietarios, en cabina de lujo, con derecho a acomodarse en primera clase, en silla individual y con cinturón de seguridad; además, de platos a la carta y rodeadas de un ambiente relajante, matizado con música ligera y una combinada dosis de feromonas.

Volar en privado, junto a las mascotas, en aviones placenteramente acondicionados, es el comienzo de una nueva moda global, acogida por sectores poblacionales pudientes, que profundizan su familiaridad con los animales domésticos y no escatiman esfuerzos por invertir cuantiosos recursos para su bienestar. La conocida expresión referida a la vida de perros parece sacudirse de ese ámbito negativo que a lo largo de la historia ha tenido en baja estima a nuestros leales amigos de cuatro patas, de los que se dice, con cariño y gratitud, que son los mejores amigos del hombre.

El potencial que tiene el mercado de las mascotas para la aviación privada resulta particularmente atractivo, en la medida en que los dueños las sigan humanizando y sientan la necesidad de disfrutar con ellas, desde las alturas, tanto espacio como experiencias. La sociedad de consumo contribuye, ahora, a la reivindicación de su imagen, colocándolas en la mira de las empresas aéreas y dejando atrás los tiempos en los que viajar con animales era una opción bastante camelluda.

En el sector 1: La aerolínea colombiana de vuelos regionales, Clic, que cubre alrededor de 35 destinos, decidió darle un espaldarazo al Festival de la Leyenda Vallenata, con la programación de frecuencias diarias a la ciudad de Valledupar, desde Bogotá, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga. Los simpatizantes del evento más representativo de la capital del Cesar dispondrán de conexiones directas desde el próximo martes hasta el 5 de mayo. La apuesta de la operadora aérea es promover la conectividad entre las ciudades del interior con las tradiciones culturales del Caribe colombiano.

En el sector 2: Un mes después de iniciar operaciones en Colombia, JetSmart, la compañía chilena de aviación de bajo costo, dirige sus aviones hacia la isla de San Andrés, con punto de salida en Medellín, para promover el ingreso de turistas hacia nuestro principal destino insular. El nuevo trayecto, para el que ya están en venta los tiquetes, representa un alivio económico para los viajeros que desean disfrutar del mar de los siete colores, y una recuperación de turistas en la isla, golpeada por fenómenos naturales y una reducción de los servicios aéreos comerciales.

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