HABITANTES DE BALI ESTáN HARTOS DE LOS HUéSPEDES GROSEROS

El gobernador de Bali pidió al Gobierno revocar el acceso de Rusia y Ucrania al programa de visado.

El año pasado, miles de rusos y ucranianos acudieron en masa a la isla indonesia de Bali. Allí encontraron refugio en un paraíso tropical donde los lugareños acogieron calurosamente a los ucranianos que huían de los bombardeos y a los rusos eludiendo la conscripción.

Luego, una influencer rusa se subió desnuda a un árbol sagrado de 700 años. Un artista callejero ruso pintó un mural anti guerra en una casa particular. Y rusos y ucranianos han estado involucrados en una serie de colisiones de motocicletas, algunas mortales.

Ahora, el pueblo balinés ha tenido suficiente. Enfrentando una marejada de quejas, Wayan Koster, el Gobernador de Bali, anunció el mes pasado que solicitó al Gobierno de Indonesia que revoque el acceso de Rusia y Ucrania al programa de visado a la llegada del País. Dijo que muchos de los que han acudido en masa a Bali no sólo han violado una serie de leyes locales, sino que han estado buscando trabajo con visas de turista a corto plazo. También prohibió recientemente a todos los extranjeros conducir motocicletas, en respuesta a las recientes colisiones.

“Para ellos, está bien andar medio desnudos, sólo con un bikini y conduciendo sin casco. Pero no ven que no es así para los lugareños que los rodean”, dijo I Wayan Pardika, de 33 años, un guía turístico balinés, expresando su frustración con los turistas.

Los balineses inicialmente simpatizaron con los nuevos emigrados. Muchos otorgaron crédito para la renta de automóviles y casas a rusos, que se vieron aislados del sistema de pagos internacionales debido a las sanciones. Pero más tarde, descubrieron que muchos rusos habían tomado trabajos en la isla —como instructores de surfing y guías turísticos. Algunos iniciaron negocios de renta de automóviles y casas, violando las leyes que rigen las visas de turista y restando a los ingresos locales.

Muchos balineses dicen que las autoridades están batallando para hacer frente a la repentina afluencia de rusos, que ahora constituyen el segundo grupo más cuantioso de turistas en Bali después de los australianos. El año pasado, 58 mil rusos y 7 mil ucranianos visitaron Bali. Tan sólo este enero llegaron 22 mil 500 rusos a la provincia.

El programa de Indonesia de visas a la llegada permite a los rusos, ucranianos y ciudadanos de otros 85 países quedarse por un período inicial de 30 días y por otros 30 días si solicitan una extensión.

Sandiaga Uno, el Ministro de Turismo, indicó que el Gobierno no va a revocar el programa de visas. En un discurso el mes pasado, dijo que la cantidad de personas que causaban problemas “no es demasiado significativa”.

Aún así, muchos lugareños dijeron estar hartos.

“Abrimos nuestras puertas, abrimos nuestros brazos y les dimos la bienvenida con una gran sonrisa”, dijo Niluh Djelantik, fundadora de una marca de zapatos de lujo en Bali. “Pero nuestra amabilidad ha sido dada por hecho”.

Por: SUI-LEE WEE 
y MUKTITA SUHARTONO

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