LA NUEVA ‘ZONA V’ DE BOGOTá

Cultura

La nueva ‘zona V’ de Bogotá

La integran cuatro wine-bar de Chapinero Alto y les contamos que ofrecen a los amantes del vino.

Víctor vargas

La mayor concentración de locales dedicados al vino en Bogotá, bien sea tiendas especializadas o wine bars, se ubica en un cuadrante que está entre las calles 79 y 85, entre las carreras 8.ª y 11. La buena noticia es que ahora hay una nueva ‘zona V’ en la ciudad y, como ya se estarán imaginando, se ubica en el vibrante barrio de Chapinero Alto.

La movida de restaurantes allí está cada vez más interesante y diversa, y el vino no se podía quedar atrás. Lo que sigue a continuación es una invitación a descubrir cuatro bares de vinos –donde también pueden comprar botellas para llevar a casa– que están ubicados entre las calles 57 y 66 bis, arriba de la 7.ª y no más allá de la carrera 4.ª. Sitios ideales para tomar una copa a media tarde o al final de la jornada laboral, como prefieran. O, por qué no, para irse un sábado o un domingo de copas y tapas por varios de ellos. Empezamos el recorrido, de sur a norte.

1. Atlas

Su mayor atractivo es una seductora terraza con vistas a la calle que siempre tiene gente y, a medida que va cayendo el sol, mucha ‘movida’. Ubicado al lado del Mistral de la carrera 4.ª, este sitio ofrece unas 80 referencias de vinos que van rotando. “Lo que buscamos en Atlas es ofrecer cosas distintas e interesantes a precios asequibles”, explica Andrés Ortega, quien con su pareja, Ana María Jaramillo, dieron vida a este local en diciembre del 2020: la misma ‘dupla’ artífice de Flora, el italiano de moda en Chapinero Alto y que ya cuenta con dos tenedores de la guía italiana Gambero Rosso. “La idea de abrir un wine-bar –continúa Ortega– fue de Ana María, quien, inspirada en París y otras grandes capitales europeas, siempre quiso tener un lugar aquí en Bogotá donde uno pudiera sentarse a disfrutar de una buena copa de vino a las 4 de la tarde y poder picar algo rico”. Una de las políticas más interesantes de Atlas es tener siempre dentro de sus vinos por copeo una botella de nivel medio-alto o alto, para que la gente pueda experimentar cosas que, por el costo de la botella, tal vez nunca se arriesgarían a probar sin saber antes qué tan bueno está ese vino. Los precios por botella van desde los 61.000 pesos hasta los 248.000. Y hay una carta con platos para picar. Calle 57 n.º 4-17. En Instagram: @AtlasChapinero. A partir de la 1 p. m.

Franc

Muy cerca de Atlas, en los bajos de una casona que mira al parque República de Portugal desde la parte más alta de ese bello rincón de la ciudad, está Franc. Lo primero que uno piensa es que el nombre tiene que ver con esa maravillosa variedad tinta que es el cabernet franc, pero Antonieta Calandriello, una de las socias del lugar, que abrió en enero de este año, aclara que el nombre viene de ‘franco’, porque “la nuestra es una propuesta muy honesta, sin chamullos –como dicen en Argentina y en Chile– ni pretensiones”. Y añade: “En Franc creemos mucho en la necesidad de democratizar el vino”. La oferta ronda las 75 etiquetas, tienen cinco o seis vinos por copa que oscilan entre los 22.000 y los 30.000 pesos. Y dos viernes al mes hacen eventos con importadores para dar a conocer vinos interesantes, cosas distintas como un vino naranja o regiones o variedades poco conocidas en Colombia. Los dueños son importadores de vinos franceses, así que esta es una de las cartas fuertes del lugar. Y, de momento, trabajan con otros seis importadores. “Para nosotros es fundamental tener una propuesta diferenciada, ofrecer cosas distintas”, subraya Antonieta Calandriello. La oferta de platos está compuesta por quiches, tortilla española, tablas de jamones y quesos, pizzas, hummus y focaccia. Y las botellas que se compren para llevar tienen un 10 por ciento de descuento. (Carrera 4.ª bis n.º 58-40. En Instagram: @FrancVinosVivos A partir de las 2 p. m.

3. Momentino

Desde que comenzó, en febrero de 2022, los tres creadores de este lugar –un italiano y dos argentinos– se han mantenido firmes en su idea original: tener un bar de barrio que pusiera el acento en el vino y lo hiciera lo más fácil posible para la gente. ​ Aquí encontrará unas 200 referencias de 13 países, vino por copas y garrafitas (un clásico francés), así como vinos para todos los bolsillos y una de las mayores ofertas de rosados que existen en Bogotá. A lo que se suma una cocina que ofrece una veintena de opciones entre entradas, platos fuertes, cosas para picar y postres.

Uno de los aspectos más interesantes de este lugar son las innovadoras ideas que se inventan para convocar a la gente en torno al vino. Los miércoles, por ejemplo, a partir de las 6 p. m. hacen minicatas: tres medias copas acompañadas por tres minitapas que un sommelier explica mesa por mesa al momento de servir el vino, de forma personalizada. Un ‘vuelo’ divertido que tiene múltiples variables y un precio de tan solo 59.000 pesos por persona. Los lunes, a las 7 p. m., hacen un taller de vinos gratis con Nicolás Reines, mejor sommelier de Colombia en el 2014; no se sorprenda si un buen martes le ofrecen una charla de vinos y astrología, o de vinos y filosofía; dos sábados al mes hay una cata formal con al menos cuatro vinos y maridaje desde los 150.000 pesos por persona (dependiendo de los vinos); y, además, tienen un club de vinos a domicilio. ​ ​Calle 61 n.º 5-30. En Instagram: @momentino.co A partir de las 4 p. m. No abren los domingos.

4. Maravilla. Bar de vinos

Escondido, casi que secreto, este lugar es una agradable sorpresa para el amante del vino con ya algo de recorrido en el tema. Lo primero que salta a la vista es una cuidada selección, una curaduría que denota conocimiento y donde destellan botellas como el Zorzal Eggo Tinto De Tiza Malbec (Tupungato, Argentina) o el Clos des Fous Pour Ma Gueule, un ensamblaje de cinsault (85 por ciento), país, malbec y carignan (Itata, Chile), por mencionar solo dos etiquetas ‘al vuelo’.

A lo anterior se suma una oferta de 12 botellas prémium que sirven con Coravin, lo que permite poder disfrutar de una copa de vinos como El Puntido (Rioja) o el Ultreia de Valtuille (Bierzo), una de las obras maestras del gran enólogo español Raúl Pérez, por 94.000 y 90.000 pesos, respectivamente. Lo cual no impide que en este bar de vinos haya siempre seis etiquetas por copeo que arrancan en los 25.000 pesos. Dos razones más para ir. Primero, su sommelier, Jorge Pinilla, un apasionado del vino que ha pasado por restaurantes como Nueve o la Trattoria de la Plaza y que hace que la experiencia sea muy grata por su amabilidad, conocimiento y gran capacidad para proponer cosas a un wine lover inquieto. Y, segundo, su terraza: íntima y muy acogedora, especialmente en una tarde de sol o por las noches. En este lugar manejan unas 300 etiquetas, las botellas oscilan entre los 90.000 pesos y los 600.000. Y si el hambre aprieta, a menos de media cuadra los dueños de este lugar tienen Massima Pizzería, de donde le traerán lo que quiera de su carta. Calle 66 bis n.º 4-06. En Instagram: @maravillasbardevinos A partir de las 2 p. m. De martes a sábado. VÍCTOR VARGAS SILVA EDITOR DE DOMINGO DE EL TIEMPO En Instagram: @vicvar2 ​ ​

Víctor vargas

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2024-05-05T04:25:55Z dg43tfdfdgfd