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La fantasía de volar en parapente inicia en la vereda El Carmen, (a 5 minutos de Villavicencio), en una explanada cercana a los túneles que están en la vía que sale para Bogotá.
Para cumplir con el gozo de subir al cielo es necesario dirigirse a Buenavista, que es quizás el mejor balcón del Llano.
El recorrido se inicia en un pelotón pick up 4 x 4 que parte desde el sendero El Carmen y luego de recorrer unos 25 minutos, por un terreno ascendente de 10 kilómetros, alcanza una altura de 1.170 metros sobre el nivel del mar (msnm), y se detiene. en el sitio conocido como Las Antenas, en la calle Samaria, sector Buenavista.
El recorrido continúa. Desembarcan parapentes y pasajeros y tras una caminata de 10 minutos por un terreno ligeramente cuesta arriba, en una zona semibosque del piedemonte llanero, se llega a la cima de un cerro con una especie de meseta de unos 30 metros de circunferencia despejada y llano, y unos 15 metros de césped en bajada.
Allí el piloto, con toda la calma y tranquilidad, saca el parapente de una mochila y lo extiende, ajusta y engancha las correas de la silla con arnés que porta cada uno de los ocupantes. Piloto y pasajero se colocan un casco protector y caminan por el sitio durante unos 5 minutos con el equipo para acondicionarse.
Luego el grupo de parapentes, que ya se han unido al trapecio y las cuerdas del parapente, inician el descenso con un paso largo que muy pronto se convierte en carrera corta, hacia el borde del cerro, y saltan al vacío.
Con la tela del parapente inflándose sobre sus cabezas y espaldas, se abre un hermoso panorama que permite divisar una hermosa ciudad, custodiada por el surco trenzado del río Guatiquía y la inmensa llanura que se abre a su paso. Esa alfombra verde parece interminable. Ya en ese momento sólo se escucha la brisa. No hay necesidad de hablar.
Johana e Iván, una pareja de recién casados que se atrevió a volar, contaron su experiencia. “A ella fue a quien se le ocurrió la idea y nos insistió en que voláramos y no nos arrepintamos. Esta es una maravilla única, muy satisfactoria y es hora de repetirla”, afirma Iván.
Johana se enamoró de los colores del Llano, el contraste del azul del cielo con el verde del llano. "Al principio sentí un poco de miedo, pero después que estás suspendido en el aire, sientes la brisa y el miedo se va. Es muy maravilloso ver el paisaje y esos hermosos colores desde las alturas".
Alejandro Leyva, operador de parapente, desde hace 20 años. "Esta es la mejor experiencia del mundo, es otra perspectiva que te permite ver la belleza del paisaje llanero. Es muy lindo ver las caras felices y satisfechas de la gente cuando termina el vuelo".
El sobrevuelo tiene una duración aproximada de 15 minutos.
La distancia recorrida es de unos 4,5 kilómetros.
El punto de despegue en Buenavista se encuentra a 1.170 metros sobre el nivel del mar.
Unas 150 personas salen los fines de semana festivos.
En un fin de semana normal, la demanda de despegue es de entre 70 y 80 personas
Pueden utilizar el servicio personas entre 8 y 80 años.
Debes estar en buenas condiciones físicas para el vuelo.
Es importante llevar ropa cómoda, aplicarte protector solar y estar relajado.
El lanzamiento cuesta $200.000 e incluye transporte hasta la cumbre de lanzamiento. un vídeo y un seguro de asistencia médica durante 24 horas.
Las firmas conocidas como Parapente Cielo Libre (3208341572) y Parapente Güejar (3106094073) son las que han ganado mayor espacio y aceptación en la oferta de servicios en Villavicencio.
Las empresas postoras deberán contar con los permisos correspondientes para volar, otorgados por el Aeropuerto Vanguardia de Villavicencio y la Aerocivil.
Para tener el rango de piloto de parapente, el interesado recibe cursos de meteorología y aeronavegabilidad y una instrucción impartida por la Federación Colombiana de Deportes Aéreos.
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