HISTORIAS DEL COSMOS: ANTONI GAUDí Y SU ARQUITECTURA DE ESTRELLAS

Historias del cosmos: Antoni Gaudí y su arquitectura de estrellas

Hay algo en su obra que permanece oculto a plena vista y que evidencia un diálogo constante con las estrellas.

Santiago Vargas

Hay quienes miran al cielo para entender el universo, y quienes miran la tierra para transformarla. Antoni Gaudí hizo ambas cosas. Aunque su nombre brilla en el mundo de la arquitectura por sus formas orgánicas y su profunda espiritualidad, hay algo más en su obra que permanece oculto a plena vista y que evidencia un diálogo constante con las estrellas.

Caminar por la basílica de la Sagrada Familia, en Barcelona, es como adentrarse en un bosque petrificado. Las columnas se ramifican como árboles, la luz se filtra como si el templo fuera una catedral del Sol. Pero si uno se detiene con atención ante la Fachada del Nacimiento, el paisaje cambia. Allí, esculpidas en piedra, aparecen decenas de estrellas, que no son estrellas cualquiera, tienen puntas, simetrías y estructuras que revelan un conocimiento profundo de la geometría. Son poliedros estrellados, sólidos tridimensionales que no solo adornan y que el gran Gaudí no colocó al azar.

Gracias a la mirada detallada de varias investigaciones, hoy sabemos que sobre la escena de la Anunciación, en el llamado Arco de las Constelaciones, se reconocen las siluetas de los signos zodiacales Virgo, Leo, Cáncer, Géminis, Tauro y Aries, modelados con una precisión que no solo es estética, sino también astronómica.

Este sistema, que transforma un dato astronómico en una escultura geométrica, no tiene precedentes conocidos en la historia del arte sacro. En lugar de trazar estrellas planas como en los mapas antiguos, Gaudí utilizó sólidos tridimensionales tales como tetraedros, cubos, octaedros, dodecaedros e icosaedros, adornados con puntas, cada uno con un número y una disposición que corresponde al nivel de luminosidad observado desde la Tierra.

Así, una estrella especialmente brillante esculpida en piedra se vuelve un icosaedro estrellado de veinte puntas, y una más tenue, un tetraedro de cuatro. Lo que podría parecer una licencia ornamental revela, en realidad, un sistema coherente, una especie de escala celeste traducida al lenguaje de la geometría.

La famosa Estrella de Belén, situada justo en el eje central de la fachada, por encima de la escena del nacimiento, se configura como una de las formas más complejas de toda la basílica.

A través del análisis geométrico, se ha demostrado que su estructura responde a la superposición de dos poliedros estrellados, que corresponden a un gran dodecaedro estrellado de Kepler, compuesto por triángulos áureos, y un dodecaedro decorado con pirámides espirales pentagonales.

Más allá de la Sagrada Familia, la obra de Gaudí revela una sensibilidad especial hacia las formas naturales, la luz y el orden, elementos que en muchos casos remiten simbólicamente al cielo. Aunque no hay evidencia de que haya concebido alineaciones astronómicas deliberadas entre sus edificios, su arquitectura sugiere una visión del mundo en la que lo terrestre y lo celeste están profundamente conectados. Gaudí construyó espacios que invitan a mirar hacia arriba, a contemplar la armonía universal desde la geometría, la luz y el silencio.

Gaudí murió el 10 de junio de 1926, tras ser atropellado por un tranvía en Barcelona. Su aspecto humilde y la falta de documentación hicieron que, al principio, no fuera reconocido y llegara al hospital como un desconocido. Pero pronto se supo que aquel anciano herido de 73 años era el arquitecto que había consagrado su vida a levantar un templo que mirara hacia las alturas. No hubo señales en el cielo que anunciaran su partida, como algunos más tarde quisieron señalar, pero tampoco hacían falta, ya había pasado la vida entera tallando estrellas en piedra.

SANTIAGO VARGAS

Ph. D. en Astrofísica

Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional

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2025-06-10T06:39:20Z