Barranquilla
Leonardo Herrera Delgans
La extracción indiscriminada de conchas en Punta Roca, Atlántico, está alterando de manera alarmante el ecosistema costero. Estas conchas, vitales para la vida marina y la estabilidad del suelo, han sido recolectadas para fines ornamentales, lo que ha provocado una serie de consecuencias ecológicas adversas, como la reducción de hábitats naturales y el aumento de la erosión
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El geólogo e investigador de la Universidad del Atlántico Nelson Rangel-Buitrago, detalla los efectos nocivos de esta práctica y sugiere soluciones para proteger este entorno tan particular.
Las conchas cumplen una función esencial en el ecosistema costero de Punta Roca. Actúan como hábitats para diversos organismos marinos, como los cangrejos ermitaños, y ayudan a estabilizar el suelo, lo que contribuye a mitigar la erosión.
Sin embargo, la extracción masiva con fines ornamentales ha reducido significativamente su presencia, afectando la biodiversidad y alterando la dinámica de los sedimentos. Esto ha incrementado la erosión costera y ha reducido la calidad de los hábitats naturales.
A largo plazo, la recolección indiscriminada de conchas podría acelerar la erosión de las playas y causar una disminución notable en la diversidad de especies marinas. Muchas de las especies que dependen de estas conchas para refugiarse y reproducirse están perdiendo sus hábitats.
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Además, las conchas ayudan a formar pequeñas playas en la zona, lo que también podría desaparecer si no se toman medidas.
La urbanización descontrolada en Punta Roca ha fragmentado los hábitats naturales, lo que limita el espacio disponible para la fauna y flora local. Además, altera los patrones de sedimentación y flujo de agua, lo que afecta la estructura y calidad del hábitat costero.
También hay un aumento en la contaminación, sobre todo de residuos sólidos como plásticos, que agravan aún más la situación.
Sí, hay ejemplos exitosos de conservación en sitios como Ningaloo, en Australia, Chesapeake Bay, en Estados Unidos, y las Columbretes, en España. En estas áreas se han implementado restricciones para la extracción de recursos marinos, incluyendo las conchas, lo que ha permitido la recuperación de especies vulnerables y el equilibrio ecológico. Medidas similares podrían funcionar en Punta Roca si se ejecutan adecuadamente.
La participación de la comunidad es clave para cualquier estrategia de conservación. Podemos empezar con programas de educación y concienciación ambiental, involucrar a la comunidad en el monitoreo de la zona, y ofrecer alternativas económicas para que las personas no dependan de la extracción de conchas. La delimitación de áreas protegidas también es fundamental para conservar este ecosistema.
Definitivamente. Si se promueve un turismo sostenible, este podría ser una herramienta para financiar la conservación y concienciar a los visitantes sobre la importancia del ecosistema de Punta Roca. Este tipo de turismo busca minimizar los impactos negativos, mientras educa a las personas sobre la fragilidad de estos entornos únicos.
LEONARDO HERRERA DELGANS -Periodista EL TIEMPO -@leoher70
Leonardo Herrera Delgans
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